Querida A.P.:
A lo largo de estos meses de literatura capitular, Wom ha observado intrigado el rumbo de tu cuaderno de bitácora. No sabía muy bien si tu botadura oceánica sería estéril y te hundirías antes de abandonar el puerto o si serías capaz de mantenerte a flote y surcar las aguas con destreza.
Está claro que navegar sin rumbo es mucho más interesante que seguir las cartas. Gran TENTACIÓN. Pero en Wom eso no tiene sentido. En Wom queremos que unas cosas nos lleven a otras y que seamos nosotros los que decidamos a qué otras cosas nos van a llevar.
Otra verdad Wom: la creatividad de los pequeños detalles está bien, pero a Wom le gusta más la que nace de la lucha entre las dudas y las certezas.
Y contigo las dudas no eran sólo literarias. Las dudas de Wom eran propias de un hombre temeroso: le daba miedo equivocarse contigo.
Haremos como Pero Grullo y a la mano cerrada le llamaremos puño: Wom dudaba de todo aquello de lo que no estaba totalmente seguro. Dudaba de las no certezas. Eso sí, certezas había varias:
Sabía que querías intentarlo
Sabía que sabías nadar
Sabía que existen los salvavidas
Ahora viene lo terrenal: nos juntamos en la sala de pensar y te contamos nuestros temores y nuestras incertidumbres, hablamos un poco de poco dinero y mucho de nuestra travesía juntos… se te enrasaron los ojos como casi siempre que imaginas algo interesante…
y parece ser que elegiste seguir flotando.